Cada uno tiene su rol en
el sagrado ciclo del cosmos. Aquí estamos, aquí estoy como una pequeña piedra
al pie del mallku, sin más
propósito que el de atajar la
pequeña gota de lluvia que se deslizará por la ladera. Esa es mi misión. Porque
al cuidar el destino de una gota de agua, colaboro, junto con otros miles de
cuidadores, a que el agua se preserve, se respete y cumpla su ciclo, que es
parte del mío.
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